Monday, July 31, 2006
camino sin final
Al final siempre se la pasa uno empezando de nuevo. Hay veces crees que es posible pararte o sentarte y que no eres parte del sistema universal; pero te engañas, también estás girando. No es lo mismo, sin embargo. Cada inicio tiene su propia vida, haces las cosas con otro conocimiento, con otra inocencia, con otra ingenuidad. Y entonces eres la misma persona pero más agresiva o más recatada o más impulsiva o más nostálgica, etc. pero en el fondo eres la misma persona. La reencarnación sucede sin necesidad de perder el recuerdo, la conciencia de las anteriores vidas. Y no hay nada que remediar, nada que corregir, nada que repetir, nada a lo que condenarse, solo seguir y disfrutar del bello paisaje, de la gente que vas conociendo, de sus errores y de los tuyos, vivir la felicidad, aguantar el dolor, porque tú sabes que el final del camino siempre te parecerá conocido. |
Friday, July 28, 2006
Sinsentido
Thursday, July 27, 2006
El que tira, afloja
Esta semana las circunstancias se han repetido: tiempo libre y bolsillos llenos, pero al tercer día he quedado asqueado de mí mismo.
Silencio y frases formales
La historia de ella es la más linda y triste de todas. Alegre, siempre alegre a pesar que la mala suerte se empeñaba en tumbarla. Una heroína, una heroína griega es lo que era cuando nos cruzamos. Alguien de quien aprender a vivir. Alguien que invitaba a vivir a pesar que sufría. Muchos sufrimos y luchamos, pero ella iba más allá, ella vivía. ¿Dónde estás? Una vez me dijo: "uff, tal parece que, al final, todos los caminos conducen a la cama (inclusive los senderos por donde van los amigos)".
Nunca he sabido hablar, escribir. Siempre salidas de mí, las palabras toman diferente sentido, vuelan, se entreveran, se contaminan de recuerdos, se mezclan con palabras evocadas, y terminan significando algo distinto a lo que quise expresar. "A fin de cuenta todo se acaba", le dije alguna vez. Palabras simples, así, como sueltas, que se vuelven trascendentales de acuerdo al estado de ánimo de quien las escucha.
Algunos meses después desapareció y ya no quiero hablar de eso.
¿Cuál es la diferencia entre el silencio y las frases formales? Que el silencio es mejor.
Así que deja de preguntarle "¿Qué pasa?" a quien que se queda callado.
Wednesday, July 26, 2006
Hablando de amor
No puedes ser feliz con tanta gente hablando a tu alrededor. Dame tu amor a mí, le estoy hablando a tu corazón. Cuando estas muy sola en la calle con tanta gente hablando a tu alrededor no necesitas alguien que te acompañe. Le estoy hablando a tu corazón. No importan el lenguaje ni las palabras ni las fronteras que separan nuentro amor. Quiero que me escuches y que te abras. Le estoy hablando a tu corazón.
va una carta de amor:
Querida Mujer:
Ya debes saber que para mucha de la gente que conocemos, tu y yo hemos nacido el uno para el otro. Yo mismo lo he creído. Diría que todavía lo creo (de hecho, sufro sin verte y sin tener la esperanza diaria de disfrutar de algunos momentos de tu compañía), pero nuevos razonamientos se han venido apoderando de mi mente, aunque de ellos te hablaré más adelante. Por ahora, no quiero molestarte, sorprenderte y sobre todo no quisiera confundirte, pero no puedo reprimir -ahora que me escribiste- las ganas que tengo de gritar que me gustas, que te pienso cada noche y que no me importaría si estuvieses con otra persona porque me contento con pensar que en el futuro, tarde o temprano, vamos a vivir juntos para siempre.
Pero están las nuevas ideas surgidas desde este alejamiento que dices que te extraña y lastima. Ideas que quizás solo sean caricias de consuelo que bajan de mi mente a mi corazón. Decirte que no creo que debamos ni podamos llegar a tener una relación ni ahora ni después. Es que te quiero tanto que no quiero que sufras. Sé que esto suena a un clásico "yo te puedo hacer daño" que se dice a las adolescentes solo para despertar su interés, pero te lo digo porque ya somos personas mayores y lo podemos entender de otra forma.
Tienes un alma frágil y yo soy un bruto. Diría/haría cosas todos los días que te harían daño. Tu carácter te haría reaccionar y mi orgullo me impediría decir "perdón". Te quiero un montón y creo que te das cuenta, pero eso no quitará mi torpeza. Prefiero seguir queriéndote de lejos y haciendo lo que pueda por que estés siempre contenta, a ser la causa de tu tristeza. Yo muerdo, mujer. Si estás a mi lado y te veo flaquear, te muerdo, puedo destrozarte. Si te veo fuerte, te reto, gruño. Soy un animal, mujer. De lejos está bien. Mejor que escuches mi aullido solitario a mis garras y dientes rasgándote, cerrándose en tu cuello. Pero he aquí que no me resigno y que quiero que sepas que te quiero, que seguiré hablando...
Vivir y esperar
Miedos
Su existencia fue la primera clara evidencia de mi absoluta timidez con las chicas que de verdad me gustaban, de mi atracción por las chicas fuera de la norma, del pavor que sentía por la frustración, de como ello me llevaba a la inacción: de mi amor callado aunque expresado, de mi temor a escuchar la respuesta y por eso nunca preguntar "¿tú sientes lo mismo?". Algunas cosas logré superar pero la historia de mis grandes amores sigue constituida por simples ilusiones. Lo bueno es que conozco a fondo lo que es enamorarse de un vacío y conociendo eso, hay pocas cosas que logren impactarme. |
Tuesday, July 25, 2006
La máscara
¡Pura basura!
Eso que lo haga otro
Conmigo no podrán
Aguante Perú
El trecho que falta
Quizás mi cuerpo sea el sabio esta vez. Estoy cansado. Sin ánimos de intentar nada. Aburrido y capaz de aburrir a la chica más risueña y comprensiva que pudiera encontrar. Ese no es el problema, el problema es la duda que te deja el pensar si hubiese bastado fingir algo de alegría, algo de fiesta. Para consolarme: "No es tiempo aún". |
Monday, July 24, 2006
Tú o el trabajo
Emancipación
Sunday, July 23, 2006
¿Alguien dijo triste?
Amo tanto vivir que en mis depresiones más agudas sólo he llegado a suicidarme como humano. En esos períodos, he tenido suerte de tener verdaderos amigos, de esos que están contigo en las cloacas y no hacen preguntas, y también de los que están cuando resucitas y decides volver a empezar. Nada es más rico que, después de algunos años y mil conocimientos, darte la oportunidad de volver a hacer esas cosas que en algún momento te dieron paz. Pero esta depresión de ahora apenas logra ser digna de mencionarse. Es tan débil que hasta me causa gracia jugar con ella. |
Saturday, July 22, 2006
La visita
Después de una larga batalla al fin la depresión se ha vuelto a instalar en mí. Su primer atisbo fue hace dos años. Empezó fuera del país disfrazada de una despedida pero desde entonces logré esquivarla con falsas promesas y sobre todo con cambios de puesto de trabajo. Hace unos días supe que todo estaba perdido. Lo bueno es que casi de inmediato llegaron las ganas de llorar. Las lágrimas son golondrinas, por lo general llegan en la última etapa de mi depresión. Así que, esta depresión será rápida, quizás dure sólo una semana, de hecho, ayer casi lloro, quizás sólo dure días. |
Mujeres como ella...
Friday, July 21, 2006
¿Autista?
Estoy ahogándome sin mi soledad. Estoy asfixiándome sin mi libertad. Irme, dinero, irme.
Hagámoslo de nuevo
En el inicio, HH me ayudó: "Me enamora una corza ligera en el mundo no hay nada tan lindo y hermoso con mis dientes y zarpas de fiera destrozaré su cuerpo sabroso. Y volviera mi afán a mi amada, en sus muslos mordiendo la carne blanquísima y saciando mi sed en su sangre por mí derramada, para aullar luego solo en la noche tristísima. Vetas grises adquiere mi rabo peludo; voy perdiendo la vista, me atacan las fiebres; hace tiempo que estoy sin hogar y viudo y que troto y que sueño con corzas y liebres." |
La rueda vuelve a girar
Al final siempre se la pasa uno empezando de nuevo. Hay veces crees que es posible pararte o sentarte y creer que no eres parte del sistema universal; pero te engañas, también estás girando. No es lo mismo, sin embargo. Cada inicio tiene su propia vida, haces las cosas con otro conocimiento, con otra inocencia, con otra ingenuidad. Y entonces eres la misma persona pero más agresiva o más recatada o más impulsiva o más nostálgica, etc. Pero en el fondo eres la misma persona. La reencarnación sucede sin necesidad de perder el recuerdo, la conciencia de las anteriores vidas. Y no hay nada que remediar, nada que corregir, nada que repetir, nada a lo que condenarse, solo seguir y disfrutar del bello paisaje, de la gente que vas conociendo, de sus errores y de los tuyos, vivir la felicidad, aguantar el dolor, porque tú sabes que el final del camino siempre te parecerá conocido. |
Cantar de Juan, El Caminante (La fuerza de la corriente. Pause)
"No está lejos de acá, hay veces que hasta podemos ver sus barcos de guerra y a los de las numerosas princesas que caminan en círculos", le dijo uno de los soldados más jóvenes. "Su padre es un poderoso señor que continuamente tiene que enfrentar el acoso de ejércitos bárbaros, pero pronto su reino caerá pues años de lucha y la presencia de las princesas provocan que sus soldados, enamorados no correspondidos, pierdan el sentido de la vida y se refugien en esta nuestra isla, tristes". "Enseñadme como llegar a esa isla", les pidió. "Es muy fácil, súbete a una balsa y deja que la corriente te lleve". Se acostó temprano y apenas despuntó el alba, cogió una balsa y se adentró en la corriente sorprendiéndose de cómo el agua iba cambiando de color poco a poco. Cuando el sol indicaba que eran las seis de la tarde, el agua se había vuelto rosada. Supo entonces que estaba en el cuadro, en el escenario que había pintado en sueños durante tantas noches. Estaba frente a una isla. |
Wednesday, July 19, 2006
Cantar de Juan, El Caminante (La Isla Triste)
Tosiendo agua despertó y se vio rodeado de fuertes hombres que lo miraban con gravedad. Era todo un ejército, pero era un ejército como él nunca había encontrado, el silencio reinaba en el campamento, no había ruido de marchas, de firmes, de bromas, no habían cantos. Todos se hablaban a través de murmullos y sin mirarse a los ojos, las cabezas gachas. “¿De quién es este ejército? ¿Quién está al mando?”, preguntó. “Nadie quiere este ejército, señor. Nadie está al mando”, le respondieron. “No estamos en guerra aunque, tratando de morir, peleamos cada vez que podemos del lado de los más débiles, desgraciadamente, la mayor parte de las veces ni se molestan en matarnos y cada vez somos más en esta isla triste, nuestro ejército se va incrementando con nuevos reclutas: Tú eres el último”.
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Sunday, July 16, 2006
Cantar de Juan, El Caminante (Ahogándose)
Mientras se hundía y se iba oscureciendo todo a su alrededor, Juan, El Caminante se imaginó en un escenario en donde se recreaban las numerosas batallas en las que había participado en su no muy larga vida. Estaba ahí, con espadas en ambas manos, hundiendo y esquivando, su rostro salpicado de sangre, un ligero corte en el brazo, avanzando y golpeando, avanzando y hundiendo su espada, avanzando y viendo como nadie se atrevía ya a enfrentarlo, como siempre sucedía en cada batalla. De pronto, aparecía en el campo un gigante con cabeza de dragón y brazos del grosor de tres hombres juntos, su espada era tan larga que parecía tener 10 metros de largo. Enseguida quedaba solo frente al mounstruo que lo insultaba ferozmente y a cada uno de sus gritos toda la tierra temblaba. Corriendo de un lado hacia el otro, lograba esquivar la enorme espada, al quinto intento del gigante por aplastarlo, corrió hacia él y pasando entre sus piernas, le corto los tendones del tobillo, con lo que el gigante cayó al suelo ahuyando de dolor. Trepó sus piernas ayudándose con sus espadas y corrió a lo largo de su espalda para cortarle la yugular. El grito del gigante fue tan fuerte que se escuchó en todo el mundo como un trueno conmoviendo a las nubes que empezaron a llorar. Pero no tuvo tiempo de saborear su victoria, pues el gigante moribundo se sacudió por última vez arrojándolo a la tierra y con su último suspiro logró agarrarlo y presionar su pecho tanto que lo hubiese ahogado si es que no llegaban los demás guerreros y lo liberaban jalándolo hacia el aire, la claridad, la luz. |
Saturday, July 15, 2006
Cantar de Juan, El Caminante (A orillas del mar)
Atravesó el mundo entero siguiendo la pista de aquella princesa a la que había visto solo en sueños, en medio del océano, abrigándose a sí misma. Trece lunas llenas pasaron cuando arribó a un mar de pequeñas olas turquesas en una playa de arena blanca y granos gruesos, totalmente desierta. "Aquí acabó mi sueño –se lamentó- hasta aquí me guían sus pistas, pero ¿cómo voy a adentrarme al mar sin un bote, si hace tres días que no veo árboles o algún tronco que me ayude a flotar?" Maldiciendo su suerte se le vino encima todo el cansancio y se quedó dormido.
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Friday, July 14, 2006
Cantar de Juan, El Caminante (La historia de la Princesa)
Las princesas van camino a casa, el sendero oculta sus pasos de pies pequeños y vestidos vaporosas. Caminan en silencio por en medio de los bosques, de las playas, de los pueblos. Las princesas se pierden en la memoria de algún otro caminante.
Solo una se queda de pie ante la playa vacía y olvida caminar otra vez en círculos. Se aventura a la playa, se lanza desnuda. Abraza su soledad en medio del océano y oculta sus carnes con el vaivén de las olas. La princesa cierra los ojos, se hunde, ha dejado de nadar hacia alguna parte.
Los cantos submarinos la despiertan de su ensueño. En medio de tanta soledad, le ha punzado el dolor de algún otro. ¿Quién es aquel otro? ¿Quién está en la orilla?
La princesa ha dejado un rastro de queja y migas, probablemente quien conduele su canto en la orilla solo sea un ave sin rumbo. Un ave mas, que no entiende las señales y se come las huellas de princesas desconocidas, mientras camina igual que los otros, en círculos y más círculos... hasta perderse.
Tuesday, July 11, 2006
Bosquejo de los primeros cantares de la epopeya de Juan, el caminante
No tienes una expresión para mí y sin embargo la recuerdo. En medio de la ansiedad de una noche sin palabras, en el silencio absoluto de una noche sin viento y de luna nueva, te busco. ¿En qué camino te depositó aquel mounstro salido de mi lengua? Espero encontrar el hilo de tu madeja, la miga de pan, el pedacito de queso que señala tu camino. ¿Te alegrarás al verme? Esta noche helada en mitad del mundo es ideal para marcar mi brazo. Soy una espada afilada durante 30 años. Hiero a quien me toca. Descanso a la intemperie pues no merezco cobijo. Busco desesperado aquel calor inicial que me hizo nacer y del que solo tengo un ligero recuerdo. Creí verlo en una princesa que se abrigaba a sí misma en medio del océano. En su presencia volverá la inocencia y naceré de nuevo. Triste era su camino y mas aún su aspecto, la ropa raida, la cabeza gacha de tanto protegerse de aquella lluvia que lo perseguía a donde iba, las zapatos de un cuero cuyas hilachas iba dejando en cada piedra en la que tropezaba. "Se le perdió su amada", decían unos, "No, quiere vengar la muerte de su madre", replicaban otros. Aunque nunca preguntaba era obvio que andaba buscando a alguien y que nadie podía ayudarlo. |
Monday, July 10, 2006
Borrador
Hace tiempo que no pasaba una tarde como esta. Tan miserable se puede uno sentir. Salir de la rutina y encontrarse con la nada. Es increible lo torpe que se vuelve uno. La falta de práctica. Las apariencias terminan traicionando. Hacerse el duro ya no sirve porque alguien cantó que hasta el hierro al calor es blando. Y entonces uno se vuelve maleable y hasta líquido, capaz de adaptarse al envase que lo contenga. Todo en procura de qué. Allí está ella, por ejemplo. Se ha ido a sentar en el suelo, mira hacia la nada, piensa. Es la primera vez que la veo pensar profundamente. Tantos años por delante y ya parece deprimida, quizás sea solo que está enferma y cansada. Yo estoy igual, enfermo y cansado. Esta vez escribo sin hilación. Este es un post típico de una tarde como esta en la que uno se siente extraño en su propia casa, en que se ha salido de la rutina y se tienen que hacer cosas que uno no sabe. No voy a corregir este texto. Quedará como un testimonio en bruto. Quizás mañana o pasado vuelva sobre él para rescatar alguna idea, alguna frase y escribir algo con más forma. Esto es un borrador de alguien que está deprimido, a quien no le importa verse bien, y por tanto sale a la calle con lo que tiene, sin más. |