Tosiendo agua despertó y se vio rodeado de fuertes hombres que lo miraban con gravedad. Era todo un ejército, pero era un ejército como él nunca había encontrado, el silencio reinaba en el campamento, no había ruido de marchas, de firmes, de bromas, no habían cantos. Todos se hablaban a través de murmullos y sin mirarse a los ojos, las cabezas gachas. “¿De quién es este ejército? ¿Quién está al mando?”, preguntó. “Nadie quiere este ejército, señor. Nadie está al mando”, le respondieron. “No estamos en guerra aunque, tratando de morir, peleamos cada vez que podemos del lado de los más débiles, desgraciadamente, la mayor parte de las veces ni se molestan en matarnos y cada vez somos más en esta isla triste, nuestro ejército se va incrementando con nuevos reclutas: Tú eres el último”.
¿Yo?, preguntó Juan El Caminante. “Sí, tú, el resignado, quien se mandó a morir en medio del mar”. Otros soldados se habían acercado y uno de ellos recitó suave: “soy del ejército de los tristes. de los que hemos perdido mil batallas. somos los que arrastramos nuestras miserias. los que no creemos en las canciones. los que necesitamos siempre gris. siempre frío. siempre lluvia. somos un ejército que no pelea en la línea de combate. somos los perdedores. los que no apuntamos a nada. los que tenemos miedo. los que estamos solos. los que no reconocemos la luz del día. los que saboteamos nuestra existencia. los que pecamos. los cansados de luchar. los que no conocemos una victoria. los que hemos perdido la fe. los que queremos que nos maten” (*)
Juan El Caminante les dijo quién era él. En donde había luchado, todas las batallas que había ganado, la desazón de su vida y su objetivo de encontrar a la bella princesa que se abriga a sí misma en medio del océano, que fue por ella que empezó a nadar y que casi se ahoga, pero que no había tratado de suicidarse en medio del mar, que dentro suyo todavía crecía esperanza. Les agradeció por haberlos salvado y les preguntó si alguno había oído acerca de cómo llegar a la isla del mar rosado en donde vivía su princesa.
(*) Post tomado de http://brisadeinvierno.blogspot.com/2004/12/en-combate.html
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1 Comments:
He tenido mis puntos contrarios contigo, no solo al hablar de aborto, de fútbol o de política, pero el último comentario en mi blog ha sido una patada certera.
Solo te aviso que se acabaron mis viernes de colabolaración con tu blog y que tenia razón con lo de el spam, es necesario hacerlo.
Adios.
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