Y claro, you know

Leo y releo tu carta medio embobado, tu sabes, lleno de una nueva ingenuidad, tu sabes, todo tonto. Preferiria dormir. Ya quiero que esto acabe, tu sabes, ya la pase bien, aunque no tan bien.
Tambien es cierto que siento tus palabras tan directas, tu mirada esquiva, y tu molestia.
Y despues mi abandono, mi desinteres, disculpa, tu sabes, tu sabes mas que yo.

Y claro, se dio cuenta que también era posible que nunca entendiera

Esa tendencia a volver tragedia cada capítulo de su vida lo llevó a dar paso tan poco usual. La cuestión podría haberse solucionado con una llamada, pero esta nunca llegó. Y entonces apretó el gatillo y Nico, el hijo de puta que robaba por el gusto de hacerlo, cayó con el craneo destrozado por una nueve milímetros. Y si no respondía sería el punto final, y lo fue. Esperaba su llamada sabiendo que no llegaría, lamentando el desenlace tan simple.

Y claro, tú no estabas ahí

De pronto todo el bar pareció interesado en mí. Primero fueron los dos jóvenes de la mesa del costado. Me disponía a dejar correr un poco más de cerveza por mi garganta cuando me levantaron el vaso en señal de ¡Salud! yo respondí el gesto y enseguida dijeron "¿te gusta la música? ¿porqué no vienes a tomar con nosotros?" No era para tanto. Luego, de más allá, vinieron a preguntar por si estaban ricas las chelas. "Sí claro", y llamé por más. Yo seguía en mi esquina. Y dos chicas se acercaron y preguntaron por una canción, luego me dejaron un cigarrillo. Abrumado, me levanté y me fuí.

Y claro, todo es distinto ahora para los homosexuales

Una de las cosas más sorprendentes de los últimos años es el devenir de la relación entre las mujeres y los homosexuales. Hace 20, 15 o hasta 10 años, en los colegios y cualquier lugar público de socialización, los homosexuales eran los mejores cómplices de las chicas, más aún, las chicas más bonitas siempre tenían a un maricón -así se les decía- al lado. De un tiempo a esta parte en cambio, la enemistad parece general y es creciente la homofobia entre las féminas.
La explicación es bastante sencilla: la competencia por el hombre.
Al parecer para la muchachada es cada vez más normal haber tenido alguna experiencia con un homosexual pasivo, y al parecer, cada vez más chicas descubren que sus lindos enamorados han salido o les están sacando la vuelta con un homosexual. La consecuencia es pues lógica, las mujeres y los maricones han pasado de ser aliadas a ser competidoras.

Y claro, buscaron sufrirse

No fue la primera noche en la que predominaron sus espíritus autodestructivos, esos que les hacían decir o hacer con el fin de aplastar las cosas que -pequeñas, tal vez- les estaban dando algo de tranquilidad. Entonces fueron supuestamente honestos, los de las cosas claras, los frios, los antisentimentales, quienes llevan las riendas, autosuficientes. Pero de suficiente nada, de anti nada, de ninguna cosa clara, cien por ciento deshonestos consigo mismos, incapaces de aceptar que les gustaba la tranquilidad que obtenían y que era bueno seguir así y mirar hacia adelante. Y yo los veo y no sé cómo acabará su historia. Y quiero decirles que deberían luchar un poco, olvidarse de aquel pedacito de noche. Quiero que sigan contándome de su naciente felicidad, de sus comprensiones, de sus primeros sueños juntos. Algo más.

Y claro, podría haber rogado que no lo hicieras, pero...

Just done it

Y claro, acostumbrado como estaba a las putas

Acostumbrado como estaba a las putas, se apuraba en hacerle las tres poses clásicas a su enamorada temiendo en su costumbre que se le acabe la tarjeta de 50 soles. Así, cuando la conocí, la chica tenía tan asimilada la secuencia que daba pereza bailar con ella.