La araña
Un problema nuevo ha aparecido: Ayer me desperté y salude a la araña. Encima lo hice en inglés. Le dije: "Hi!". No me contestó. Espero que mi gesto de buena voluntad no sea interpretado como un signo de debilidad, ella debe saber que nada me costó abusar de su fragilidad, acercar mi dedo, destruir su obra y aplastarla contra el piso. ¿El problema? Ese pues, ayer me desperté y saludé a la araña, lo hice en inglés: "Hi!", le dije. Y sonreí. Es un problema decirle "Hi!" a la araña.
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