Friday, June 30, 2006

A 942 kilómetros por hora

Cabalgo sobre tus tormentas a 942 kilometros por hora. Desde aquí todo se ve insignificante pero sé que solo es el cristal por el que miro. Siempre estás en medio del oceáno, reina de ese mundo. Enfrentas tus propias olas. Oh, princesa, si me vieras.
Si siempre desafiaras aquello que te da terror, comprenderías. Si pintaras el mar de negro, la isla de rojo y el cielo de amarillo. Si miraras y limpiaras más el viento. Oh princesa, si fuera tu pincel, todo cambiaría.
En cada lado crece un asesino, en esa sonrisa que niegas, en ese castigo que aplicas, en esas mentiras que dices, en cada lado crece un asesino y yo cabalgo sobre tus tormentas a 942 kilómetros por hora.

Wednesday, June 28, 2006

Tu puerta

Con esas palabras escritas que te hacen llorar estoy comprometido. Bella niña yo sabré volar contigo. No tengo alas pero ante tu presencia soy tan leve que puedo dejarme llevar por el viento mientras tú planeas divertida. Y mañana se acaba todo, volar con ayuda, llenarme de comida y cargando cerveza y sueños. Quizás aprenda a acordarme de mis sueños y en ellos habrá siempre una puerta que tocaré y tocaré y luego soplaré y soplaré y sabrás tú de que la habrás construido.

Tuesday, June 27, 2006

El provocador de tormentas

Soy un marinero aventurero que tiene un pacto firmado con Neptuno por el cual cada vez que me lanzo al agua el dios me envía una tabla salvadora. Por eso me es fácil embestir a los iceberg, salgo a navegar en la peor tormenta, organizo abordajes a galeones tres veces mas grandes que el mío, con mi chalana me enfrento a portaviones.
Soy un marinero afortunado aunque para ello haya tenido que firmar un pacto con Neptuno. Comprometido estoy a estar acompanhado en mis aventuras, a arrastrar tras de mí a una legión de incautos, a que se lancen conmigo a la mar para servir de alimento a los cangrejos.
Soy un marinero solitario que no debe estar solo y no se cansa de ir de aventura en aventura por los trece mares, rojos, negros, blancos, amarrillos, naranjas, verdes, turquezas, y que se muerde los labios de remordimiento pero iza sus velas cada vez que puede.
Soy un marinero errante pirata que puede llegar a tus costas para llevarse lo mejor que tengas. Que puede atraerte con la historia del oro escondido en aquella isla desierta, que puede hacerte sonhar con una larga vida llena de riquezas y despertares con sol eterno agua limpia arena blanca y palmeras, pero que cuando menos lo esperes cuando te acostumbres a los sinsabores se lanzará a una nueva aventura en la que terminarías ahogándote.
Soy un marinero, nunca lo olvides, crecí tomando agua salada y comiendo algas, estoy preparado para cualquier destino, porque tengo un pacto con Neptuno, porque puedo cantar como las sirenas, porque soy yo quien provoca las tormentas. No me pregunto si algún día me cansaré de esta vida de ser el mensajero de la muerte el triturador de suenhos el abusador de los débiles. No me pregunto si aparecerás una manhana.

Monday, June 26, 2006

Exterminio

Cuando se dieron cuenta ya era demasiado tarde. Solo algunos se salvaron de caer en las trampas. Cuando empezaron las capturas, lograron esconderse, algunos se fueron del país y otros se internaron en los andes, lo desiertos o la amazonía. Se la pasan caminando en manadas, huyendo, sumamente desconfiados, y discutiendo permanentemente si son o no culpables. No se explican aun su suerte y la de su generación, después de crecer en medio de tantas bombas y crisis, ahora los perseguian por estar "contaminados".
Todo empezó con el resultado de lo estudios que el doctor Lionel presentó en el conocido Pentagonito. En base a encuestas, hojas de vida y experimentos secretos con enfermos mentales y drogadictos, demostró que quienes habían nacido entre los anhos 1965 y 1980 habían adquirido durante su adolescencia y juventud una deformación irreparable en su conducta que los convirtió en poco dispuestos a acatar órdenes, en seres desordenados y poco propensos a lo compromisos. Todo ello motivado por haber visto la muerte demasiado de cerca durante los anhos en que terminaban de formar su carácter. Nada de eso hubiese sido demasiado importante a no ser por la última conclusión del Informe Lionel: Las personas de esa generación no estaban capacitados para criar a sus hijos. La sociedad se corría el riesgo de que los hijos de esta generación sean potencialmente revoltosos debido a la escasa autoridad que sus padres ejercían sobre ellos.
Las autoridades estaban muy preocupadas. El Informe Lionel fue discutido en el más absolute secreto por las personalidades más influyentes y las más cercanas al Gobierno, claro. Luego de tres semanas de discusiones y cavilaciones, decidieron que, por el bien de la sociedad, la generación contaminada no debía ejercer la función de padres.
Aunque no faltaron los argumentos en favor de los contaminados, como por ejemplo, que gracias a su trabajo la economía del país había vuelto a resurgir y que era su empuje el que estaba recomponiendo y mejorando las empresas e instituciones publicas, la decisión había sido tomada y se pasó a evaluar los planes mediante los cuales se lograría que los contaminados no crien hijos.
Se probó con darles una sobre carga de trabajo para que dejasen la crianza en manos de funcionarios del gobierno (para ello se crearon los wawawasi), pero la medida no resultó suficiente. Se impulsó una serie de campanhas de esterilización en hombres y mujeres, pero tampoco fue suficiente. Se fomentó la migración, pero con todo, el porcentaje de personas de esa generación continuo siendo potencialmente peligroso. Fue entonces que se decidió por la exterminación.
Un plan muy meticuloso fue emprendido. Durante dos anhos se fue identificando a los contaminados. Primero por los documentos de identidad, pero se encontraron con que era muy difícil darcon las direcciones actuales. Así que decidieron aplicar las nuevas teorías de marketing e identificar a los contaminados por sus gustos y preferencias, descubriéndose que la música y los programas de televisión eran los grandes nexus que unían a esa generación. Crearon entonces una serie de emisoras radiales con música de la época y fueron fichando los carros, hogares y personas que las escuchaban. Hacer conciertos con artistas de la época también funcionó de maravillas para ampliar la base de datos, luego, a un nivel mas especializado, fueron infiltrados agentes que fomentaban conversaciones sobre programas de televisión como Heidy, Candy, Carmin, Isaura la Esclava, Fantasmagórico, los Superamigos, La Familia Ingalls, etc.
Cuando la base de datos superó las dos millones de personas, empezó la cacería. Para ello, se organizó la reunificación del grupo Soda Stereo para que brinden tres noches de concierto en diferentes partes del país... Mas de 300 mil contaminados fueron capturados en esas fechas.

Tuesday, June 20, 2006

Más te quiero

"El mar golpea la roca" dicen, pero yo soy de los que ahí ven amor, porque el amor de dos colosos debe ser así de brusco (pero quien entendería mi brutalidad mediocre); porque es la roca la que rompe la ola y provoca la explosión de cariño, el semen regado, el júbilo, el spray bendito de la alegría; porque es el mar el que se entrega sin medidas y desbocado, abriendo el pecho ante su fiel amada, mojando cada uno de sus rincones, pero dejándola respirar por sí misma, provocándole vida, haciéndola reverdecer. ¿Cómo pueden decir que el mar golpea las rocas? ¿Acaso no es el desierto una inmensa roca que se hizo arena por falta de amor? ¿Qué mayor prueba que eso?

Saturday, June 17, 2006

La leyenda de Junio (El Éxodo. Fin)

Un día en que miles de dalomistas estaban en la playa, se escucho un continuo ulular de sirenas. Al principio nadie les hizo caso, ocupados como estaban cada quien en lo suyo, hasta que alguien levantó la vista y grito: "¡Nos han rodeado!, ¡Nos han rodeado!" Entonces todos se levantaron, sacudieron la arena de sus cuerpos y miraron hacia donde estaban los policías. Hubo una tensa calma hasta que desde uno de los patrulleros alguien amplificó su voz con un megáfono y grito. Por orden del Presidente de la República, se ha decidido crear en esta playa una villa en la que deberán vivir todos aquellos que se reconozcan como dalomistas. Nadie podrá cruzar el cerco que empezaremos a construir hoy mismo, salvo a los que se nombre como comerciantes, quienes podrán ingresar a la villa los alimentos que requieran para subsistir. Al presidente le parecía que los Dalomistas eran un peligro para su democracia y por tanto era mejor marginarlos y sumirlos en la pobredumbre para que nadie mas quiera sumarse a este movimiento subversivo.
Pero la vida en la Villa Dalomista era tan apacible que cada vez más y más y más gente pedía cruzar el cerco e instalarse allí. Incluso, surgieron espontáneamente más villas Dalomistas en el resto del país y luego en diversas partes del continente. Cuando el presidente del país vecino vio eso, nos acusó ante la ONU de ser exportadores de una ideología dañina para la humanidad y solicitó que si nuestro país no lograba controlar este brote de insurrección, el Consejo de Seguridad debía intervenir. La propuesta fue respaldada por los miembros del Consejo de Seguridad, pues sus transnacionales estaban alarmadas ante el crecimiento del Dalomismo, pues sus seguidores se limitaban a consumir solo lo necesario y no se volvían adictos a ningún tipo de entretenimiento. Decían que la demanda mundial estaba cayendo por culpa de los dalomistas, y que los analistas bursátiles tomaban en cuenta el crecimiento diario de esta corriente, para estimar en cuanto debían bajar las acciones de las transnacionales. Las bolsas de valores de Nueva York, Tokio y Londres estaban en caída libre a causa del ahora conocido a nivel mundial "Efecto Dalomista".
Fue esa vez en que soldados de todo el mundo llegaron a nuestro país. Pero ejercito que llegaba debía abortar su misión por dos motivos: los soldados terminaban de padres de familia o se convertían al Dalomismo.
La demanda mundial había alcanzado el nivel más bajo de los últimos 60 años, es decir, desde 1945 cuando finalizó la guerra mundial de los 31 años; y las primera transnacionales empezaron a quebrar (la caída en el valor de sus acciones hizo que los bancos que les otorgaban créditos con garantía en esas acciones, les pidieran dinero en efectivo que no tenían a causa de las menores ventas). Pero llegó la solución.
Apareció una joven e ingeniosa ejecutiva, que recordando el viejo concepto de "toda crisis encierra una oportunidad", planteó la siguiente solución: Nuestro país debía donar a la humanidad el 80% de su territorio, desde los Andes hasta la Amazonía, para que los seguidores del Dolomismo de todo el mundo se instalen allí. Al mismo tiempo, iniciar una agresiva campaña de publicidad a nivel mundial denigrando al fundador del Dalomismo, Junio, y a la vez, fomentando el consumo pero gradualmente y a través de mensajes subliminales. Nuestro país, se vio reducido así a solo la franja costera que hoy tenemos, pero mantuvo el monopolio de las vías de comunicación hacia el país de los dalomistas. La comunidad internacional nos ayudó a crear paquetes turísticos para visitar a los dalomistas, que son ahora nuestra principal fuente de ingreso y que nos permite a todos vivir bien sin necesidad de trabajar. Por eso le debemos tanto a Junio.
- Grandfy, ¿y Junio aceptó irse a su nueva casa?
- Que buena pregunta. Pero en efecto, todo el plan funcionaría solo sí los dalomistas aceptaban marcharse hacia el ande. Cuando el comandante supremo de las fuerzas de la ONU se acercó a Junio a hacerle el ofrecimiento, Junio solo encogió los hombros y dijo, "da los mismo". Cogió su chaqueta y empezó a caminar hacia el Este.
- Grandfy, yo también quiero ser dalomista
- Ay, pequeño, eso lo podrás decidir cuando seas grande. Pero te voy a decir un secreto, yo soy dalomista, creo que tu padre también lo es, es más, creo que todos en el país somos dalomistas, pero no lo decimos porque si vives en esta parte, puedes estar cómodamente sentado sin mayores preocupaciones, en cambio, si cruzas la frontera, no tendrás tantas comodidades y tendrás que vértelas por tí mismo. Pero bueno, ya tendrás ocasión de escoger.

Thursday, June 15, 2006

La leyenda de Junio (Los Dalomistas)

¡Graaandfy, ya quiero dormiiirme!, ¡tienes que seguir contándome la leyenda de Junio!
A ver, una vez enterradas sus hijas, Junio se dio cuenta que ya nada lo ataba al mundo, que nada le importaba salvo esa obsesión por cambiar las cosas, aunque esa determinación hay veces le parecía débil y destinada a fracasar si se la emprendía de frente. Se pasó tres días más sentado al borde de la carretera, comiendo hierbas, tomando agua del río, mirando pasar los autos. "Da lo mismo", dijo en voz alta, y su mirada se perdió en el cielo. "Da los mismo", se repitió. Se levantó y empezó a caminar hacia el desierto. No se sabe cuántos días y cuántas noches pasó en el desierto, pero cuando al fin regresó a la carretera solo repetía esa frase, "Da lo mismo". Llegó al pueblo más cercano y empezó a predicar sobre un futuro mejor en el que todos los hombres serían libres y justos. Les dijo a todos -y esto grábatelo bien- que no podían esperar nada de nadie mas que de sí mismos, que estaba mal entregarle su futuro a un líder por mas ilustrado y noble que parezca, que la envidia y el deseo por lo del otro son la principal causa de la violencia y que un hombre vive feliz solo cuando puede hacer lo que quiere y no le hace daño a nadie.
"¡Yo quiero ser feliz, enséñame el camino!", le gritó alguien. Y el respondió: "En verdad te digo que el camino está en tu alma. Mira dentro tuyo y verás que todas las preocupaciones que te impiden ser feliz no son sino accesorios que puedes obviar, que la libertad es un estado mental, que no importa si soportas un yugo, lo importante es lo que tú sabes que eres, lo que tienes en la mente: Da lo mismo lo material, da lo mismo lo que puedan decir, lo único que importa eres tú". Y la gente empezó a gritar: "Da lo mismo", "Da lo mismo".
Y fue de pueblo en pueblo y cada vez más gente lo seguía y a todos sus seguidores empezaron a llamarlos los Dalomistas. Se dice que fue entonces en que empezó a colgar en internet los textos que hoy son considerados la sagrada escritura de los Dalomistas.
- ¿fajperú, grandfy?
- Sí pequeño, fajperú, el libro de la libertad y la justicia.

La leyenda de Junio (La Venganza)

- ¿Grandfy, podrías contarme la leyenda de Junio? ¿es verdad que tú lo conociste?
- Bueno, ven siéntate aquí, y guarda silencio pues no me gusta que me interrumpan. Yo tenía más o menos tu edad cuando Junio vivía con su familia en el departamento de arriba. En ese entonces los hombres todavía no habíamos aprendido a volar. Junio llevaba a sus hijas al colegio muy temprano, yo siempre me asomaba a la ventana para verlos irse, a mí me gustaba mucho la mayor de sus hijas que era de mi edad, pero esa es otra historia. Un día, ella me contó que su padre las llevaría de viaje a Paracas. En ese entonces, al revés que ahora, eran los humanos los que nos comíamos a los peces, a la gente le gustaba ir a las playas a bañarse y los peces todavía no habían aprendido a caminar fuera del agua.
Eran tiempos muy buenos, pero el principal problema eran las pandillas que robaban y mataban a la gente tanto en la ciudad como en las afueras.
Junio era un tipo común y corriente, nada especial, quizás un poco extrovertido, tenía siempre el ceño fruncido, pero era de fácil sonrisa y a todos les caía bien, aunque no creo que haya sido muy querido.
No se sabe muy bien qué fue lo que pasó en Paracas. Al parecer se habían divertido mucho al punto que decidieron recién regresar por la noche, algo poco aconsejable en esas épocas. Parece que cuando ya regresaban, el carro de Junio se malogró, llegó la noche y fueron atacados por una pandilla. Junio les dijo que se quedaran con el carro, que se llevaran todo, pero que los dejaran irse a él y sus hijas. Los pandilleros decidieron matarlos. Pero Junio no murió, quedó muy mal herido e inconsciente, cuando despertó, vio a sus hijas muertas a su costado, agarradas de la mano. Tres días lloró a sus hijas. Cuando terminó de enterrarlas, un ansia de venganza le latía en las manos. Uno a uno fue encontrando a los pandilleros. Pero no era suficiente. Sentía que su venganza debía dirigirla contra el mundo en el que vivía. Todavía no sabía lo que tenía que hacer, pero nada volvería a ser lo mismo. Este mundo violento e injusto nacido de la frustración sentiría el poder de su fuerza. Pero ahora ya es hora de dormir.

Tuesday, June 13, 2006

Tres formas de encarar el problema

Cuando por algún motivo, razón o circunstancia se ve en la obligación de pensar en sí misma, ella sale corriendo a comprar ropa nueva, aquella se viste de negro y se encierra en su cuarto a llorar y acullá se pone a coser.
- ¿Qué es lo que cose? ¿Y para qué?
Recorta el suceso a las dimensiones que realmente tiene y con hábil mano lo hila al resto de retazos que ha ido acumulando en su vida. Se viste con su nueva prenda y sale desnuda a la calle.


P.D.: Ninguna es mejor que la otra.

Friday, June 09, 2006

Sobre lo que murmuras

Esta ciudad que huele a mierda hay veces que logra vencerme
Esta ciudad de desprecio al vecino hay veces que me derrumba
Pero hoy no es un día cualquiera
un vaso de cerveza en la mano en un cafetín al que algún día te traeré
permiten esta claridad
me doy cuenta que con alguna frecuencia quiero gritar mis éxitos
¡soy más de lo que parezco!
Perdóname si soy tan débil
hay veces que esta ciudad que huele a mierda logra vencerme
Esta noche tiene su propio ritmo
Soy tal y tal, diría otro
yo me conformo con saber que puedo mirar al sol de frente y sentirlo mi igual
mi hermano
mi padre
pero no basta
porque siempre hay veces que esta ciudad me enrrostra su desprecio
y duele
Ya he aprendido a levantar la cabeza y andar derecho como si fuera en una bicicleta
ya sé de la mierda de la mediocridad
ya sé del doble reto de quien llega con o sin locas ilusiones
pero hay estos días, pues
Es como el miedo que los inunda cuando ven un martillo frente a sus castillos de arena
Wuaj por esta ciudad que clama democracia y se entrega a los brazos del primer ladrón y tirano
ciudad cobarde ciudad de niños que no afrontan sus defectos

Qué murmuras, mierda, dímelo de frente
Yo no soy de aquí
Yo no tengo miedo

Thursday, June 08, 2006

La espera

Un anfiteatro pero con telón. El escenario consiste en una tribuna de madera donde estarán sentados varios actores. Se apagan las luces se abre el telón se hace un silencio. Poco a poco la iluminación del escenario va disminuyendo y empiezan a iluminarse las graderías del público. El público tiene que sentir los reflectores propios de un escenario de teatro. Los actores se empiezan a incomodar. Cuchichean.

Actriz: ¿como se llamaba la obra?
Actor 1: La Espera
Actriz: ¿Y que esperan?
Actor 1: ¿Quiénes? ¿los actores? o ¿la obra?
Actriz: No, ahorita, ¿qué hacen todos sentados mirando hacia el frente?
Actor 1: Ah, ellos están esperando.
Actriz: Sí, ya sé, pero que esperan.
Actor 1: No sé. En el periódico con la justa mencionaban la obra. No he leído críticas sobre esta obra.
Se quedan en silencio. Cinco segundos.
Actriz: ¿Pero es que no van a hacer nada? No entiendo, ¿qué pasa?
Actor 1: Algo debe haber pasado. Mira, uno empieza a moverse.
Actriz: ¿Dónde? ¿Qué hizo?
Actor 1: Fue muy rápido. Se rascó la cabeza. No entiendo.
Actriz: ¿Y porque me invitaste a esta obra?
Actor 1: No sé. El título parecía interesante.
Actriz: Sí, pero parece que no pasa nada. Hasta parecen aburridos.
Actor 1: Tan aburridos como nosotros. ¿Será bueno aplaudir?
Actriz: No creo. Hay que respetar a los artistas.
Silencio. Cinco segundos.
Actriz: (Bosteza) Ahora sí que me estoy aburriendo.
Actor 1: (Bosteza también) Ya me contagiaste. ¿Aplaudimos?
Actriz: Nooo. Eso es lo malo del teatro alternativo, ¿ves?. Mejor es ir a una buena sala a ver obras famosas.
Actor 1: Sí, es mejor, pero la verdad es que no me alcanzaba la plata.
(Actriz, hace un gesto de desagrado)
Silencio. Cinco segundos.
Actriz: ¿Sabes porqué acepté venir?
Actor 1: No, dime.
Actriz: Porque mi prima que vive en Nueva York, me dijo que había ido a ver una obra Off off Broadway, tu sabes, en Broadway montan las mayores y mejores obras. Off Broadway son los teatros más pequeños, pero los Off off Broadway son los teatros chiquititos donde actua gente que todavía no es profesional o se hacen obras, así (gesto de desprecio), muy alternativas. Bueno, pero ella me dijo que había sido algo espectacular y que se había divertido mucho
Actor 1: Y tu pensaste que esta obra iba a ser así
Actriz: Sí, pero ya ves, a mi esto ya me parece una estafa.
Actor 1: Quizás debamos aplaudir. Hay que aplaudir e irnos.
Actriz: No... mejor preguntamos.
Se acerca al actor más próximo, quien está sentado una fila más arriba. Luce muy concentrado.
Actriz: Señor, ¿sabe si ha pasado algo? ¿es esto la obra?
Actor 2: Sí, ya empezó. Es una obra muy buena. Yo ya he venido tres veces a verla. (orgulloso)
Actriz: ¿Y dura mucho?
Actor 2: Pues, la primera vez duró como veinte minutos. La última como 40 minutos, pero la segunda vez, me quedé aquí como tres horas porque uno de los actores se había quedado dormido. Yo no sé cómo pudo dormirse con esos faros iluminándole la cara.
Actriz: Ah. Gracias.
silencio
Actor 1: ¿Qué te contó?
Actriz: No sé, dice que es una obra muy buena y que no se sabe cómo va a acabar
Actor 1: Hmmm, que interesante. Pero, ¿y cuando empiezan a actuar?
Actriz: Eh... voy a preguntarle
Se acerca al Actor 2 nuevamente.
Actriz: Señor. ¿Y cuándo empiezan a actuar?
Actor 2: Ya están actuando.
Actriz: Pero no se mueven, no hablan mucho, solo cuchichean.
Actor 2: Eso es lo interesante. Es parecido al teatro Noh japonés, pero sin máscaras.
Actriz: ¿No se mueven nunca?¿y cuando acaba?
Actor 2: Sí se mueven, mire, uno se cogió la oreja. Eso es lo interesante: los pequeños detalles. Cada cosita que hacen significa algo.
Actriz: ¿Y qué significo eso?
Actor 2: Eso es lo que no sé. Es muy complicado. Es un director muy inteligente, serio y detallista: Conoce su oficio. Por eso que vuelvo; quiero entender bien la obra.
Actriz: ah ... (pausa) ¿Y cómo acaba?
Actor 2: De pronto los actores empiezan a levantarse. Parece que obtienen lo que han estado esperando y se van retirando. Hasta que se van todos.
Actriz: ah.
(regresa con el Actor 1)

Actor 1: ¿Qué te dijo?
Actriz: Creo que en la obra no pasa nada. Tenemos que mirarlos hasta que se vayan. Pero hay que estar atentos para poder saber qué es lo que estaban esperando. Sino, vamos a tener que regresar otro día.
Actor 1: Ah.

silencio

Actriz: La verdad es que no me interesa lo que están esperando. Quiero irme.
Actor 1: Pero ya pagamos...
Actriz: ¿Y?
Actor 1: Está bien. ¿Aplaudimos?
Actriz: No, nos levantamos y nos vamos.
Actor 1: Ok, vamos.
(Se levantan y se van)

En efecto, la obra acaba cuando los espectadores se van yendo. Si pasan cinco minutos sin que nadie se haya ido, entonces un nuevo par de actores empezarán a repetir el diálogo anterior. Pueden improvisar sobre lo que hacen los espectadores. Hasta que se aburren y se van.

FIN

Sunday, June 04, 2006

Día Blanco


Cuando mi amigo el Chino nos presentó dijo: "Estoy seguro que ustedes dos se van a llevar muy bien". Y fue cierto, aunque también resultó que era muy fácil que pelearamos debido a su hipersensibilidad y sobre todo debido a mi chusca torpeza, según me lo recordaba cada cierto tiempo. El Chino ya me había dicho lo muy femenina que era, y después descubrí que además era honrada y sincera, de modales retraídos e incluso tímida. Tenía una tendencia hacia el arte, un no se qué que la hacía elegante (a pesar de no saber peinarse) y una gran capacidad creativa. Lo mejor era que tenía un buen concepto de sí misma, aunque una tendencia a ser pesimista que la llevaba a tener estados de ánimo cambiantes y a no poder manejar sus emociones. Fue en uno de esos momentos en que me dijo: "Este es un día demasiado diáfano, demasiado blanco", y como yo no entendí esa explosión, se acercó al barranco y se echó a volar.

Friday, June 02, 2006

El juicio

Una pared sin tarrajear atraviesa el escenario de lado a lado. En medio, una puerta cerrada color marrón. Alguna pinta sobre la pared del tipo: Ángela te amo en medio de un corazón. Quizás un afiche político de hace tres elecciones. Un Alianza Corazón. Todo debe hacer ver que se trata de una pared de callejón o de un barrio popular.

Telón cerrado. Cuando la tercera campana ha sonado se apagan las luces de todo el teatro. Cinco segundos después, el telón se corre, las luces del escenario se prenden y dejan ver la pared, la puerta, y se escucha el jadeo de una pareja detrás de la pared. Han iniciado el coito, así que los sonidos van aumentando de intensidad hasta llegar al clímax. Descansan un poco, ella lanza una especie de queja (no es que quiera más, más bien parece que se opone, pero es apenas una queja, muy débil, casi imperceptible). Reanudan, esta vez todo es más lento pero se escucha igual de delicioso. Acaban. Se escucha un ligero sollozo. Se abre la puerta, sale un hombre acomodándose la camisa dentro del pantalón, se sorprende ante el público, mira a cada uno desafiante, como ve que nadie dirá nada, lanza un escupitajo, sale del escenario mientras termina de abotonarse la camisa.
Luego sale la mujer con escasa ropa pero vestida. Es bella, joven, bastante voluptuosa. Mira hacia los dos lados y se molesta. Mira al público. Está llorando. Cae de rodillas, abatida. Levanta la vista y dice: "Él abusó de mí. Él se metió en mi cama mientras yo dormía y con su fuerza me dominó..."
- ¡Mentira! -grita alguien entre el público desde el lado izquierdo del teatro- Usted estuvo de acuerdo, todos lo escuchamos (Está enternado, bien peinado, es un abogado)
- "Objeción, su señoría -se levanta otro abogado desde el lado derecho de las butacas- El abogado defensor trata de influir en el jurado. No se puede deducir nada de los sonidos escuchados.
- Prosigo -dice el abogado defensor- Dígame, señorita, desde cuando conoce a mi cliente
- Desde que tengo recuerdo.
- ¿Alguna vez se portó mal con usted?
- No, siempre fue mi protector, después de todo él...
- No interprete. Sólo responda a lo que se le pregunta... Dígame, siente usted cariño por él
- Bueno, sí.
- ¿Alguna vez le dijo que lo amaba?
- Sí
- ¿Durmió antes con él?
- Sí, pero...
- Solo conteste mis preguntas
- ¡Protesto su Señoría!
- La pregunta ayudará a entender la relación que tenía mi cliente con esta mujer, Señoría
- Es usted cariñosa con él
- Sí
- Dígame, ¿durmió antes con él?
- Sí
- ¿Y recuerda haber amanecido en sus brazos?
- Sí... (llorando)
- Y esas veces, ¿mi cliente la tocó alguna vez?
- No... (gime)
- Recuerde lo que pasó esta noche. Usted dormía, pero ¿sintió cuando mi cliente se acostó en su cama?
- Sí (ya recuperada y seria)
- ¿Le pareció extraño?
- Un poco, sí
- Pero lo aceptó. ¿Le gustó que lo hiciera?
- Sí, pero es que... (vuelve a llorar)
- Sólo conteste, señorita, ya estamos cansados de sus explicaciones. ¿Usted lo aceptó en su cama y ahora viene a decirnos que abusaron de usted? Basta de mentiras. No queremos saber más, quizás usted hasta lo ayudó a desnudarse.
- ¡Protesto, su señoría! –el otro abogado
- No... yo no sabía (estalla en llanto, cae presa del nerviosismo) Es usted un maldito, algún día lo pagará.
- Es todo su señoría. Ya acabé. Señores del jurado, es esta mujer la que sedujo a mi cliente. No se dejen impresionar por las lágrimas ni por nada que pudiera decir. Esta mujer siempre quiso acostarse con mi cliente, hoy lo logró, lo disfrutó y al sentirse abandonada quiere echarle la culpa a mi cliente quien es mas bien el abusado.

La mujer no puede recuperarse, sigue llorando. El juicio acaba. Los abogados se retiran. Las luces del escenario se apagan, solo se escucha el gemido de la mujer. Las luces de las butacas se encienden.
La mujer se queda callada e inmóvil.

Cuando el público aplauda o empiece a levantarse. La mujer se incorporará, hará una venia con una sonrisa forzada. Se acercarán los demás actores y saludarán también con venias.
El hombre se pondrá al lado de la mujer y le tomará la mano. Ella zafará y volverá a llorar. Gritará: "Él es mi padre".
Cae el telón.

El castillo de Charlot

Yo he tenido la oportunidad de pasear en un parque con tantos árboles que parecía un bosque, detrás de un palacete convertido en museo, partido por una laguna en forma de arroyo llena de musgos de un verde tan vivo como el que adorna alguna de las hojas sueltas de por aquí. Y hacia el final del verano y entrado el otoño, he podido ver como las nubes cargadas de lluvia se acercaban impulsadas por un mal viento. He acelerado el paso pero no lo suficiente queriendo además ser alcanzado admirado de la lluvia como solo uno de nosotros lo puede hacer. Mojándome, he hecho lo que hacían cuatro o cinco nativos que estaban por ahí: guarecerme debajo de un árbol. Me he acordado de algún cuento infantil y me he puesto contento, el único sonriente en medio de caras duras: latino. Después he caminado bajo la lluvia como enamorado. En medio del bosque he alzado los brazos y levantado la cara hacia el agua. He corrido empapado bajo la lluvia y también he girado, girado y girado dando vueltas. He sabido que así como llegan, a las lluvias se las lleva el viento y en efecto, he visto a las nubes negras marcharse a otro lado y solearme. Aprendí también que no vale de nada esconderse bajo un árbol y esperar a que sople el viento si es que de pronto el cielo truena. Entonces es mejor correr y llegar lo más pronto posible a alguna estación. Yo ya no me asusto cuando llega el mal tiempo, ya aprendí a protegerme, y sé que con un soplido todo desaparece. Y si truena, aprendí a sacar la baraja y jugar solitario hasta que todo se calme.

Thursday, June 01, 2006

Todo va sobre rieles

He tenido la suerte de pasar varios fines de semana saltando de un tren a otro. Andar entre la muchedumbre sin dejar huella y subiendo al primer vagón que se ponga en frente y no pida tickets ni explicaciones. Es tan gratificante que es fácil engancharse para siempre.
El secreto es la máscara. Un fingir para pasar inadvertido. Un disfraz del hombre invisible. Un uno más. Y probar aquí y probar allá, saltando. ¿Me llamarías mil caras? ¿me condenarías por hipócrita? ¿me tarjarías por cobarde?
Pero yo te digo algo. El estar cambiando te permite no contaminarte. Puedes permanecer puro justamente por estar saltando de un tren al otro. Es solo que no llegas a poner una bomba en algún vagón para que todos te miren. Es solo que casi eres como eres sin llamar la atención.
Y hacerlo de prisa, actuar distinto cada minuto, contradecirte, ser automoldeable: No ser. ¿Qué es más radical que eso?