Thursday, June 01, 2006

Todo va sobre rieles

He tenido la suerte de pasar varios fines de semana saltando de un tren a otro. Andar entre la muchedumbre sin dejar huella y subiendo al primer vagón que se ponga en frente y no pida tickets ni explicaciones. Es tan gratificante que es fácil engancharse para siempre.
El secreto es la máscara. Un fingir para pasar inadvertido. Un disfraz del hombre invisible. Un uno más. Y probar aquí y probar allá, saltando. ¿Me llamarías mil caras? ¿me condenarías por hipócrita? ¿me tarjarías por cobarde?
Pero yo te digo algo. El estar cambiando te permite no contaminarte. Puedes permanecer puro justamente por estar saltando de un tren al otro. Es solo que no llegas a poner una bomba en algún vagón para que todos te miren. Es solo que casi eres como eres sin llamar la atención.
Y hacerlo de prisa, actuar distinto cada minuto, contradecirte, ser automoldeable: No ser. ¿Qué es más radical que eso?

2 Comments:

Blogger Laura Martillo said...

Mas radical, es quedarse en el vagón de turno sin seguir huyendo de si mismo.

5:52 PM  
Blogger junio said...

¿Si "eres mil en uno", quién eres? ¿Es lícito asesinar a 999?

6:36 PM  

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