Asesinato de un niño

"¿Te gustaba que me acueste a tu lado, no?". Eso era lo que entre gemidos decía la joven de 19 años Lady Medina Gallo tendida sobre el cajón blanco en el que descansaba su hijo de un año y once meses de edad.
El padre Bonny Merino Cueva, también estaba quebrado por el dolor. Intentó mantenerse sereno y lo logró hasta el momento final en el que al ver la tumba de su hijo en el cementerio Campo de Paz se arrojó hacia la misma y empezó a desenterrar el féretro hasta que sus familiares lo detuvieron abrazándolo con fuerza.
El niño enterrado este lunes, murió a la 3.30 a.m. del domingo en el hospital Cayetano Heredia, dos horas después de haber recibido un disparo de bala que ingresó por la zona parietal de su cabeza y salió por su frente.
¿Qué hacia el niño a la 1.30 a.m. en las calles del asentamiento humano San Martín? Regresaba con su madre y su tía de una fiesta cuando fueron interceptados por el "chato" Jaramillo, miembro del sindicato de construcción civil del asentamiento humano Nueva Esperanza. El ahora fugitivo fue alguna vez enamorado de Diana Merino y en su brutal y estúpida forma de demostrar que era bien hombre y que todavía sentía algo por ella, sacó un revolver y disparó al azar dándole a alguien que apenas había empezado a caminar. La policía lo busca ahora por homicidio.

Más Cure que nunca

Pareciera que hubiera pasado lo mismo que yo con alguien igual que tu. Ignorante de palabras y actos para retenerte. Subestimé tus límites, te alejé demasiado y justo eras la única mujer que amé. Ojalá tenga fuerzas para no volver a buscarte, para no volver a hacerte llorar, solo tal vez esta última vez.

http://www.youtube.com/watch?v=EDFoviSYdmg&feature=related


http://www.youtube.com/watch?v=OqIzpd6fy2A&feature=related


http://www.youtube.com/watch?v=3cNOpQZJiwQ

Fin del lamento

"Esto de contar lo que le pasa a uno termina volviéndose una adicción, y como tal, termina uno haciendo el rídiculo, correteando a quien quiera oir algún good lay; mendigando oidos. Hubo un tiempo en que era fuerte y permanecía callado soportando todo, pero entonces una vez escribí algo, le conté algo a alguien, alguien me dio una palmada en el hombro, alguien me consoló, y eso se siente tan rico. Pero es mierda, es droga. Empiezas a buscar más comprensión, más apachurres, y la mejor forma de conseguirlo es dando pena, haciendo cosas para llamar la atención como hacen los bebés; eso de contar las penas es adictivo, una vez que te enganchas es difícil dejarlo".

P.D. En todo eso pensaba y dudé en expresarlo porque pienso que podrías malinterpretarlo y empeoraría las cosas. No lo escribí para tí sino para mí. El personaje soy yo y no juzgo a nadie.

Clarice y Martin II

En realidad llegaron a ser felices. Así de graciosa es la ignorancia. Pero bueno, el hecho es que se marcharon a Liverpool.
Ya habían pasado los tres cuatro inviernos juntos cuando uno de los antiguos amigos de Dublin llegó a trabajar al puerto inglés.
Se emborracharon como buenos irlandeses así que la tragedia también tenía que llegar. Martin quiso hacer uso de su antiguo dominio sobre el barrio, el amigo protestó, discutieron y la lengua salió a bailar y a importunar.
Era una noche fría. Los esposos arrojaron el cuerpo del amigo en el Mersey. Regresaron a casa en silencio. Él dijo que se marchaba. Y ella cantó:
I understand if you can't talk to me again and if you live by the rules of "it's over" then I'm sure that that makes sense
I will go down with this ship and I won't put my hands up and surrender there will be no white flag above my door I'm in love and always will be.

Clarice y Martin

Una tarde cualquiera de verano en Dublín.
Los nueve muchachos, jóvenes de entre 19 y 20 años, están tomando cerveza en la casa del barrio en la que los padres están de viaje de vacaciones. Tienen la puerta abierta. Ha llegado, borracho, Martin, un muchacho inglés pretencioso y abusivo. Todos lo odian pero vive en el mismo barrio así que lo aceptan. Toma un par de botellas y cae dormido. Lo llevan adentro.
Pasan Clarice y dos amigas, viven dos calles más abajo, chicas de 17, bastante divertidas y en proceso de maduración (you know). Las invitan y ellas pasan.
Tres horas después están todos borrachos, las amigas quieren irse pero Clarice no, se queda y sigue bebiendo.
La música está ahora más alta. Alguien empieza a besar a Clarice y otro se pone detrás de ella y la soba. Ella acepta y rie con el juego. Los demás celebran.
El juego sube de intensidad, su ropa empieza a desaparecer, le hacen tomar más y más, ella ya está inconsciente pero funny. Baila en medio de todos semidesnuda. Saca a bailar al que realmente le gusta, se abrazan y caen al mueble.
Mientras su amado se la está tirando, otro se acerca y le pone el miembro en su boca, y ella chupa.
Ella sube sobre el cuerpo de primero, alguien le abre el culo y tiene otra pinga en su boca.
Ahora Clarice esta echada en una cama, encima tiene a un tipo y por la puerta se ve que el resto hace cola.
El del cuarto turno se queja de que alguien se ha venido dentro de ella y está toda mojada. Pero igual le da y eyacula también. Al final a nadie ya le importa y eyaculan no más.

Ya saciados se preguntan qué hacer.

Ven a Martin todavía dormido. Llevan a Clarice inconsciente donde él está, la recuestan a su lado, los envuelven en una sábana. Ellos medio que despiertan y empiezan a tirar.
Despiertan juntos y vuelven a la faena. Están solos, no saben que ha pasado.

La historia hubiese tenido un final feliz pero en vez de eso, este es gracioso. Clarice sale embarazada. Martin se casa con ella.

Mira lo que has hecho

Ayer pasó por mi mente la posibilidad de morir y me di cuenta que hacía mucho tiempo -meses, pero siento como si años- que no pensaba en esa posibilidad.

Y claro, you know

Leo y releo tu carta medio embobado, tu sabes, lleno de una nueva ingenuidad, tu sabes, todo tonto. Preferiria dormir. Ya quiero que esto acabe, tu sabes, ya la pase bien, aunque no tan bien.
Tambien es cierto que siento tus palabras tan directas, tu mirada esquiva, y tu molestia.
Y despues mi abandono, mi desinteres, disculpa, tu sabes, tu sabes mas que yo.

Y claro, se dio cuenta que también era posible que nunca entendiera

Esa tendencia a volver tragedia cada capítulo de su vida lo llevó a dar paso tan poco usual. La cuestión podría haberse solucionado con una llamada, pero esta nunca llegó. Y entonces apretó el gatillo y Nico, el hijo de puta que robaba por el gusto de hacerlo, cayó con el craneo destrozado por una nueve milímetros. Y si no respondía sería el punto final, y lo fue. Esperaba su llamada sabiendo que no llegaría, lamentando el desenlace tan simple.