Con la misma piedra
Es raro mi estado de ánimo de estos días. Rápidamente paso de la alegría, a la esperanza, al cansancio, a la melancolía hasta a la tristeza. Tengo sueño, podría ser señal de depresión. La causa es ese sueño incierto. Es posible y a la vez no lo es. ¿Cómo podría yo saber qué es lo que me conviene? No deseo sufrir pero esa precaución no alcanza para detenerme, no me acobarda. Mi corazón y no mi boca debería ser el tímido. Mi labia debería ser arriesgada y romántica y mi corazón frio y reservado. Mi abuela me contó meses antes de morir que de recién nacido me llevaron donde una gitana. No pudieron cambiar el destino que me predijo. Recién en estas semanas lo he tomado en serio. Debería acostumbrarme, hacerme a la idea, pero nunca he creído en lo predeterminado, y entonces me ilusiono y sufro, claro. Golpe tras golpe, choque tras choque y con la misma piedra y etc. En un mismo día se pueden dar exámenes con diferente suerte y quedar todo dependiendo de la fuerza con que el viento influya en el fiel de la balanza. Saber que esta mediocridad no me sirve pues la suerte no está conmigo. Saber que si planteo un todo o nada la respuesta será nada. Saber que solo me queda la incertidumbre, la espera. Saber, saber, saber.
1 Comments:
¿ Y que le dijo la gitana?
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