Cantar de Juan, El Caminante (El mar rosado)
* (En julio, dejamos a Juan, El Caminante acercándose a la isla en que vivía su princesa)
Conforme la corriente lo acercaba a la isla donde vivía la princesa que se abrigaba a sí misma, Juan El Caminante se fue dando cuenta que sus sueños lo habían engañado. No era un romántico mar rosado el que rodeaba la isla de su amada sino un apestoso y muerto mar testigo de una larga e inacabada batalla que ensangrentaba cada roca, cada piedra, cada grano de arena de las costas. Las deterioradas murallas de la isla se alzaban hasta el cielo y desde ellas una voz gritó: "¿¡Quién vive!?".
Conforme la corriente lo acercaba a la isla donde vivía la princesa que se abrigaba a sí misma, Juan El Caminante se fue dando cuenta que sus sueños lo habían engañado. No era un romántico mar rosado el que rodeaba la isla de su amada sino un apestoso y muerto mar testigo de una larga e inacabada batalla que ensangrentaba cada roca, cada piedra, cada grano de arena de las costas. Las deterioradas murallas de la isla se alzaban hasta el cielo y desde ellas una voz gritó: "¿¡Quién vive!?".
3 Comments:
Vaya!
Juan el caminante ya no quiere encontrar a su amada...
Parece que nadie podrá ayudralo con el siguiente post, no? Querido y detestable June.
como que no quiere... la cosa se ha puesto fea, pero él es un guerrero... ya vas a ver... y en el siguiente debería la princesa volver a cantar
jaja...ok, veremos que podemos hacer para que ella cante.
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