Tuesday, October 17, 2006

Angel de Berlín

A los pocos días de llegar a Berlín, sucedieron dos cosas: una decepción de la ciudad que tanto quería por haberme abierto la puerta de Europa, y la sorpresa alegre de la lluvia con la cual -pensé- tendría que convivir por dos meses y medio en este fin del verano-inicio del otoño en Alemania.
Se trata de una ciudad cuyo gran centro urbano es pequeño y que puedes recorrer, caminando despacio, en un par de horas. Ir a la puerta de Brademburg o al bosque que es el Tiergarten o a la Columna a la Victoria (la que tiene el Ángel en la cima), el Checkpoint Charlie, Postdamer Platz, pedazos de muro esparcidos.
Pero Berlín tiene mas que eso y por suerte pude gozarlo en todo su esplendor, gracias esta vez a la no-lluvia.
En efecto, una semana después de que llegáramos dejó de caer agua y eso dio paso a un extraño regreso del verano. El sol calentó de nuevo ante el asombro de los pronosticadores del clima que aquí son como dioses a los que todos los alemanes ven y escuchan por la mañana antes de decidir que ropa se pondrán.
Las clases acaban a las cinco de la tarde lo cual me deja tres horas de buen sol para ir a pasear. Entonces descubrí los alrededores del Zoo, los canales de Berlín, pequeños ríos navegables, los jardines y parques donde los berlineses salen a correr, a montar bicicleta, a tirarse al pasto, a leer, a conversar, a enamorarse o simplemente a contemplar el río verdeoscuro.
Mas allá de Berlín, pero a media hora de camino en el underground y bus (que aquí están integrados) esta Postdam, una belleza de pueblo, con la casa de verano de Federico El Grande y de nuevo, pequeños bosques y jardines donde estar.Y mas cerca a Berlín y un poco mas al sur, hay un inmenso lago y bosques. Hay también pequeñas lagunas regadas por los alrededores. Debe ser por eso que los berlineses aman el aire libre.
Tal como dijeron los pronosticadores, el 23 de setiembre, cambio el clima. El agua volvió a caer, la temperatura baja y dicen que bien entrado octubre será peor, así que tendré que decirle adiós a los paseos.
Hasta ahora, Berlín se deja disfrutar y cuando no tienes cara de estar perdido, sientes que la ciudad empieza a pertenecerte y la gente te empieza a mirar como uno mas.
Creo que los berlineses todavía no se acostumbran a que los visiten. El turismo esta despegando pero este todavía es un pueblo grande que esta integrándose, convirtiéndose en capital y reconstruyéndose por todos lados. La gente tiene la mirada y el idioma fuertes. Hablan poco y cuando lo hacen no es raro que griten. No es un idioma cortes tampoco. Pero uno se acostumbra a eso y empieza a verlos con otros ojos.

1 Comments:

Blogger Laura Martillo said...

Los relatos están cada vez mejores, me agrada leer, caminar contigo a medida que avanzo entre cada línea y cada letra. Siempre me quejo de que escribes demasiado, pero cuandoa termino de leer, me apena haber llegado al final.

Yo también estoy escribiendo largo, pero solo estupideces, ahora siento por primera vez que escribo en un diario. A veces escribo huevadas, tu lo sabes, pero prefiero los cuentos, los cuentos no me hacen sentir tan hueca, tan calabaza, tan blogger.

Mira, el comentario es bastante largo, será que hace tiempo no te escribo ningún e- mail. No le escribno a nadie. Hoy te estaba leyendo y me dejaba inspirar, yo sólo tengo los recuerdo recientes, el últuimo viaje, pequeños fragmentos. deberías ver esa película In the cut, me gusta el manejo de cámaras. Meg ryan aparece senil, pero el tema es soberbio...vaya...es la primera vez que uso esa palabra, creo que estoy hablando como megalómana.

un beso June, gracias por dejarme escribirte.

5:53 PM  

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