VIII (perder el tiempo)
El amigo del amigo de mi amiga no es mi amigo. El amigo de mi amiga sí, él ha sabido comprender que lo bien que me llevo con ella no trasciende más allá de las confidencias. Pero su amigo me ve como aliado de su enemiga y no encuentra mejor forma de romper ese 3 contra 1 que generándole dudas al amigo de mi amiga. Si es paciente, algún día concluirá con éxito su tarea. Entonces será o amigo-amigo, amiga-amigo; amigo, amigo-amiga, amigo; o amigo, amigo-amiga-amigo. Estoy seguro que nunca será un amigo-amigo-amiga, amigo, porque ella es mi amiga. Es curioso como hay seres humanos dispuestos a todo con tal de salir con su gusto. El encaprichamiento no va conmigo. Si es no, es no y punto. La vida regala tantas oportunidades como para no perder el tiempo correteando solo una. Si no se le cae bien a alguien vale preguntarse qué de especial tiene. A qué la preocupación.
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