La mujer que escribía
Un día, sin saber, Juan encontró a la mujer que escribía su historia. Ella veía-soñaba y describía sus imágenes sin saber que tejía el destino de otra persona. Sí pues, parecía la ficción de un cuento. Se encontraron en el metro y -de nuevo, sin saberlo-, se reconocieron. Hablaron. Hablaron mucho y conforme se contaban sus historias, se dieron cuenta ante quien estaban. Quedaron en verse al día siguiente.
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