Texto confuso alrededor de una niña tonta
Amaneció iluminado. Se dió cuenta que esperar no tenía sentido, que si estaba donde estaba era porque mal no lo había hecho. Estadísticamente estaba al borde de estar en la mitad de su vida, y mal no lo había hecho en los primeros 35 años y meses. Estaba en el entretiempo. Analizó las cosas que había hecho bien y se dio cuenta que lo mejor habían sido las épocas de viaje. Luego las épocas de estudio e investigación. Y todo salpicado por los no pocos reconocimientos laborales. Tenía 35 años y meses. Había estudiado, había viajado, había trabajado. ¿Había amado? No estaba seguro de ello. Sí se había enamorado, varias veces. Varias veces también se había desenamorado. ¿Pero, había amado?
Se dio cuenta que esperar no tenía sentido. Que aceptar el capricho de una niña tonta que no sabía que hacer con su vida, no tenía sentido. Miguel estaba sintiendo que ese día acababa de llegar. "Si tan solo me volvieras a coquetear un poquito", se repitió por última vez. Luego se rió de la tontería que decía y se dio cuenta que ya no le interesaba, que la había olvidado. Miguel se sentía fuerte. Pensaba que no lo había hecho mal. Que en el primer tiempo de su vida había logrado lo suficiente como para manejar el partido durante la segunda mitad. Tenía un gol de ventaja y le bastaba con un empate. Miguel pensó que lo único que tenía que hacer era cuidar su arco. Estar a la defensiva. Ya no arriesgar. Con un poco de sabiduría podría incluso aprovechar alguna oportunidad y meter otro gol. Ya había sembrado, las plantas crecían robustas, solo había que esperar a que florezcan.
¿Miguel estás bien? "Como nuevo", respondió. Miguel, te está saliendo sangre de la nariz. "Oh... no es nada, estoy bien". Miguel, estás pálido, ¿qué pasa? "Estoy bien, estoy bien... solo me duele un poco aquí" Miguel cayó pesadamente. Estaba satisfecho con lo que había hecho. Iba ganando 1-0.
Commentario:
Sí, yo también he sentido lo mismo. Escribes lo que yo quiero decir.
Se dio cuenta que esperar no tenía sentido. Que aceptar el capricho de una niña tonta que no sabía que hacer con su vida, no tenía sentido. Miguel estaba sintiendo que ese día acababa de llegar. "Si tan solo me volvieras a coquetear un poquito", se repitió por última vez. Luego se rió de la tontería que decía y se dio cuenta que ya no le interesaba, que la había olvidado. Miguel se sentía fuerte. Pensaba que no lo había hecho mal. Que en el primer tiempo de su vida había logrado lo suficiente como para manejar el partido durante la segunda mitad. Tenía un gol de ventaja y le bastaba con un empate. Miguel pensó que lo único que tenía que hacer era cuidar su arco. Estar a la defensiva. Ya no arriesgar. Con un poco de sabiduría podría incluso aprovechar alguna oportunidad y meter otro gol. Ya había sembrado, las plantas crecían robustas, solo había que esperar a que florezcan.
¿Miguel estás bien? "Como nuevo", respondió. Miguel, te está saliendo sangre de la nariz. "Oh... no es nada, estoy bien". Miguel, estás pálido, ¿qué pasa? "Estoy bien, estoy bien... solo me duele un poco aquí" Miguel cayó pesadamente. Estaba satisfecho con lo que había hecho. Iba ganando 1-0.
Commentario:
Sí, yo también he sentido lo mismo. Escribes lo que yo quiero decir.
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