Gente de noche
Cuando pasó por mi lado estuve seguro que era él. El cantante de ese grupo poco conocido pero que sonaba con bastante fuerza, era el mismo tipo con el que quise mecharme hace como diecisiete años en la pequeña glorieta del parque de Barranco (creo que sigue existiendo). Yo estaba en una mancha de escritores y él estaba en una mancha de músicos, pero como todos o casi todos andaban de negro por las calles de Lima y nos cruzábamos por las pequeñas cantinas de Quilca (solo de vez en cuando en el Queirolo), pues estábamos todos juntos. Cuando el pito de marihuana llegó a mí ya no quedaba sino un centímetro y medio, lo cogí con cuidado pero justo cuando iba a jalar, la mecha se cayó, y dije, "se acabó". Fue entonces que el tipo cantante voz principal de este grupo que suena bien aunque no es muy conocido, pero que olía a niñito engreído, me pidió el medio centímetro de papel que aún tenía en mi mano, se lo puso en la boca y se tiró al piso en busca de la mecha perdida, logrando dar el último jale. "Ahora sí se acabó" y luego agregó "lo importante es ser quien eres, no aparentar". Esa frase burlona (e injusta, pensé) provocó algunas risas en el grupo y en mí ganas de patearlo. Lo hubiese hecho sino fuera porque no estábamos solos. Ahora estaba frente a mí, cantando, cantando bien con este grupo que suena bien aunque no es muy conocido. Pensé en ir a encararlo, pero ha pasado tanto tiempo, ya como que no da a lugar, al final me sentí contento de verlo ahí, en lo suyo. ¿Y yo? Yo también, me dio gusto verme ahí, en lo mío. Me acordé de una canción que escribí por esos años, una canción de amor, muy cortita para ser tocada en un concierto cualquiera y de improviso: "Soy el tipo de huevón en el que no te fijarías / y es por eso que sufres put@ divertida / salto, canto, corro y bailo / mientras tú esperas sentada en un banco / cancha serrana, un vaso y una botella de cerveza / ¿te parece poco? / te haría más feliz, cara de gorgojo".
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