El camino de la amistad

En medio de los carnavales y con una mujer al lado, parece fácil olvidarse de quien está a cientos de kilómetros de distancia. Así como antes sentí que la depresión que empezaba a inundarme iba a desaparecer pronto, y así fue; ahora siento que este amor, esta obsesión por vivir con G, también va a desaparecer rápido y dará paso al mismo cariño lejano que tengo por Ro, por A, por D, por M, por S, por la otra A, por la otra M (mejor Mi), por R (que no es R) por la otra D y por la otra D, por quienes no sé ni sus nombres, por K, por D (la querida D); tantas mujeres que sospecharon que me enfermé por ellas pero que se contentaron con saberlo, por que a toda mujer -y a todo hombre, sin duda- le agrada saber que le gusta a alguien. Solo a G y antes a A se lo llegué a confesar. Y la historia de D (la querida D) es la más linda y triste de todas, ¿qué será de ella? me dijo: "uff, tal parece que, al final, todos los caminos conducen a la cama". Incluso el camino de la amistad.

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