Sunday, December 03, 2006

Las respuestas que me pedías

¿Qué más da si te digo que soy José López, Miguel Sánchez, Luis García o cualquier otro? No entiendo que ganas con eso. Nombres. En esta época más que en ninguna otra, los nombres no importan nada. Antes, hace mucho, en una época en la que me hubiese gustado vivir, la palabra bastaba. Soy tal, del clan tal. Pero eso ya no existe. Solo los estúpidos sin alma propia siguen pensando en su apellido, en su nombre. Soy único, eso es lo que importa.
A tu segunda pregunta respondo: No. Debo haberme cruzado contigo miles de veces si es que es cierto que te gusta caminar por las noches y si es que no nos hemos fumado un cigarrillo juntos es porque no ha sido tiempo de encontrarnos... ¿o es que no hablas con extraños?
Sobre la soledad, ¿qué podría decir? Hay veces que quisiera caminar acompañado, es cierto. Hay veces que quisiera marcar siete u ocho números y decir: ¿oye, quieres un café?, una cerveza?, o solo conversar un ratito?. Una vez lo hice y me dijeron que sí y la pasé bastante bien. Pero fue solo una vez. El resto de veces el tono fue de ocupado, desconectado, o alguien que te decía que estaba ocupado u ocupada. Y eso creo que es la soledad: Lo que me hace llamar, y lo que se siente después de esa realidad. Sí, ando solo y no me gusta. Pero también soy enteramente consciente de mi incapacidad para vivir mucho tiempo con alguien.
Finalmente, decirte que en estos momentos no estoy en Lima sino a miles de kilómetros de distancia.

1 Comments:

Blogger junio said...

repasar nuestros pasos. entender nuestros pasos, ser conscientes de que los hemos dado. Sip, algo de eso hay.

5:39 AM  

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